Concluimos nuestra serie de menús de inspiración con una reflexión más generalizada acerca de la comida baja en proteína. Hasta ahora, todos nuestros menú se basaban en productos considerados de uso médico especial fabricados mayoritariamente por laboratorios farmacéuticos. La existencia de estos productos hizo posible normalizar hasta cierto punto la dieta.
Pero la disponibilidad de productos bajos en proteína no está garantizada en mucho de los países del mundo. Todavía a día de hoy, e incluso con países donde el cribado neonatal se está asentando (otro tema sangrante que hay que denunciar: todavía hay países que tumban propuestas de legislación sobre el cribado), los productos básicos como harina, pan o pasta no están disponibles por la política de aduanas.
Pensando pues en nuestros amigos que se comprometieron a hacer el reto allí donde no está garantizado el acceso a alimentos bajos en proteína,